jueves, 11 de septiembre de 2014

LA TIA ANTOLINA (Por PANCHO)
La tia Antolina (e.p.d.), pienso era una de las mujeres que más tristeza arrastró en su alma, vecina de su marido que la dejó apartada y tuvo un montón de hijos con la "querida", ella siguió enamorada de el hasta el fin. 
Recuerdo un día ya al final que ella estaba lavandole la ropa en el rio y yo le pregunté porqué lo hacia, que le ivan a reñir y buena gana de meterse en problemas y ella me contestó : " que queres, e o meu home, eu nunca tuven outro". 
La tia Antolina, era toda bondad y trabajo, nunca paraba, iva con las vacas y llevaba ropa para coser, para lavar, tejia carpines, hacia canistros (y nos enseñó a hacerlos a un montón de chavales, a cambio de que lle deramos volta o gado), nos cantaba historias....Era la mujer más hacendosa que recuerdo.
 Atopaba no camin unha faba, po bolsillo,un remendo, un fiu ou un cachin de la, po bolsillo, un carozo, po bolsillo, un pataco, po bolsillo,un pau, po lombo,unha berza, unha xesta, po regazo, a todo le encontraba provecho a faba po caldo, o fiu pa un remendo, o pataco pos cochos, a xesta pa encender o lume....
 A tia Antolina sabia de responsos, de los que se decian con fe y en secreto, si se perdia una cabra en el monte ella echaba el responso, si al echarlo no se equivocaba, era que estaba sana y aparecia, si solo se equivocaba una vez estaba en peligro y si se equivocaba más era que estaba muerta. 
Mi cariño y mi recuerdo para ella. Salud para todos.

Santi Teijón, un Villafranquino en Villar

(Por Santiteijón)Recuerdo mi época de trabajo en Villafranca, que me permitía unas escapadas por las tardes hasta Villar, y otros pueblos, pero quizas el que más recuerdos me trae sea Villar, tal vez, porque fueras cuando fueras en Villar siempre encontrarás a alguien en el Bar.

 Comenzaba la visita en el bar de la siempre hospitalaria y generosa Rosario, donde siempre contaba con la discreta compañia de Pepe su esposo, al fondo, sentado tengo la imagen fresca de Raúl, esperando, tal vez, que regresaran los colegas del trabajo: Pedro, Jaime q.e.p.d., Tomasín, Roberto, o quizas la silenciosa aparición de Anselmo.

En verano llegaba el nítido sonido de las canciones de Manolo Escobar, que Pedro ponía a todo volumen en su casa. A veces, la tranquilidad de la cantina se rompía porque al día siguiente había cacería y llegaba Aladino q.e.p.d., como un ciclón, dispuesto a ser el que mejor diera el monte, y contando de ante mano las aventuras que sin duda se iban a dar en la posterior jornada de caza.

 Cambio de estación, llegamos al bar de ese buscador de fortuna que es Julio, que siempre había de ofrecerte un décimo de lotería que había traido de no se donde, porque le había dicho el Bruxo de perexe que iba a tocar.

Cuando el motivo era repartir los alimentos de Cruz Roja, visitábamos a los hermanos; Baltasar, Juan y el eterno enamorado, Simón, a los dos primeros su dignidad no les permitía aceptarlos, por lo que había que dejárselos en una casa de confianza, en cambio, Simón, más pragmático, nos decía en aquél lenguaje ininteligible; "si eles nun queren, pra min". Capítulo aparte merece la inteligencia de Jesús "el mudo"* y su desconfianza, mención especial: "nun me gusta o do bigote, a pensión, a pensión..fora".

 En fin, amigos vilaregos, no sintais envidia de nadie, si acaso de aquellos que pueden disfrutar siempre que quieran de vuestro pueblo y de vuestra hospitalidad, los que sólo podemos disfrutarlo cuando nos dejan, sí tenemos sana envidia.

* Sordomudo

Tiempo de María Manuela (por Pancho)




UN CUENTO DEL TIEMPO DE MARIA MANUELA (Por Pancho)
Hablar de los tiempos de Maria Manuela hoy en Villar es como hablar de los tiempos de Maria Castaña. Yo no la conocí así que hablo de oidas. Bien, Maria Manuela vivia debajo del corredor de la casa que hay enfrente de la iglesia, entre el bar de Rosario y la huerta. En un cuarto de tablas.

 Cuando hacia buen tiempo se dedicaba a ir por los pueblos mendigando y cuando "ya tiña unhos cuantos mendrugos de pan, unhas cazoladas de fabas e garbandos e unha enseña de unto, no fondo do farraco", volvia debajo de su corredor hasta que se le acababan (las patatas y las berzas para el caldo se las daban en el pueblo).

Cada mañana en cuanto veia humo en casa de mi abuela o en casa do tiu Domingo de Prado, se presentaba con una "galocha" vieja a pedir unas pocas de brasas "pra cender o lume" y de paso preguntaba si sobraran "cachos de oite, ou unha cazolada de leite, ainda que fose acedo". Cuando se murio, sus escasas pertenencias se subastaron para pagar la caja y los gastos. No se las que eran solo recuerdo oirle a mi padre que tenia " mutas caxas de mistos", y siempre andaba con "lume prestado"y un arcazo.

La del cuento no se si era ella o es de su época, dice así: --

"Taba Maria Manuela tomando-lo sol no Meiral e oiu tocar as campas, pasou por eilí un nino e preguntoulle:
 -Ay, ninin, a que tocan?
 -A misa -
-Vaya, buena disgracia teño, nun oigo nada, dime, galan, dime, a que dices que tocan?
 -A misa.
-Ay vaya por Dios, nun entendo o que me dices, que disgracia mas grande. A que dices que tocan?
 -A joder.
-Pois dame eses cayados que vou ir a ver.

 Moraleja: no hay peor sordo que el que no quiere oir. O como decimos en Villar "solo escutias o que che interesa". Salud para todos.