(Por Santiteijón)Recuerdo mi época de trabajo en Villafranca, que me permitía unas escapadas por las tardes hasta Villar,
y otros pueblos, pero quizas el que más recuerdos me trae sea Villar,
tal vez, porque fueras cuando fueras en Villar siempre encontrarás a
alguien en el Bar.
Comenzaba la visita en el bar de la siempre
hospitalaria y generosa Rosario, donde siempre contaba con la discreta
compañia de Pepe su esposo, al fondo, sentado tengo la imagen fresca de
Raúl, esperando, tal vez, que regresaran los colegas del trabajo: Pedro,
Jaime q.e.p.d., Tomasín, Roberto, o quizas la silenciosa aparición de
Anselmo.
En verano llegaba el nítido sonido de las canciones de Manolo
Escobar, que Pedro ponía a todo volumen en su casa. A veces, la
tranquilidad de la cantina se rompía porque al día siguiente había
cacería y llegaba Aladino q.e.p.d., como un ciclón, dispuesto a ser el
que mejor diera el monte, y contando de ante mano las aventuras que sin
duda se iban a dar en la posterior jornada de caza.
Cambio de estación,
llegamos al bar de ese buscador de fortuna que es Julio, que siempre
había de ofrecerte un décimo de lotería que había traido de no se donde,
porque le había dicho el Bruxo de perexe que iba a tocar.
Cuando el
motivo era repartir los alimentos de Cruz Roja, visitábamos a los
hermanos; Baltasar, Juan y el eterno enamorado, Simón, a los dos
primeros su dignidad no les permitía aceptarlos, por lo que había que
dejárselos en una casa de confianza, en cambio, Simón, más pragmático,
nos decía en aquél lenguaje ininteligible; "si eles nun queren, pra
min". Capítulo aparte merece la inteligencia de Jesús "el mudo"* y su
desconfianza, mención especial: "nun me gusta o do bigote, a pensión, a
pensión..fora".
En fin, amigos vilaregos, no sintais envidia de nadie,
si acaso de aquellos que pueden disfrutar siempre que quieran de vuestro
pueblo y de vuestra hospitalidad, los que sólo podemos disfrutarlo
cuando nos dejan, sí tenemos sana envidia.
* Sordomudo