lunes, 25 de agosto de 2014

"LOS JILGUEROS DE VILLAR DE
ACERO";






Años 40, zocos y pana



Son las cuatro en
punto
de cualquier mañana.



Cargan con el bombo,


con el
tamboril,

con la gaita
rubia

y con el clarín.





Alegres que suben 


por el Pousadoiro;


Llega el primer
puerto
que es el Goladín.


Luego Airadapedra


Burbia y
Penoselo.

Y a la hora del
alba

llegan a Sorbeira,


corazón de Ancares 


que está con sus 

fiestas.


Las gentes reciben


a esta orquesta
célebre, 

tocan la alborada que es como el proemio


de lo que vendrá: Un
buen repertorio 

de lo que es la moda que se lleva entonces.




Son los vilaregos . Los que más bien tocan<br>


de la vecindad.
Dánles de comer
y los agasajan y
ellos se divierten
como los de allí. Tocan un bolero,<br>


luego un pasodoble
que es un gran anuncio

de Bayer: Okal. 

(Okal, okal okal es un producto superior. Cuando yo
voy de viaje y preparo mi maleta...)

Los anuncios entonces tenía longitud de pieza bailable y
arte)






Tiolindo es el Bombo, Mable el tamboril,


Benjamín la gaita,
Ladio es el clarín.

Es un gran conjunto Ladio el director Y la puesta
a punto era por la noche 

en un cileirín que aún sigue de pié 

vecino a la casa que fuera del suegro 


Ladio era mi padre. Un perfeccionista. 


Ese pasodoble cogido de oido


lo había
transcrito
en papel pautado


que había traido de la larga mili 


allá en Santander.Dos años que añade 

a los tres que hizo


en aquella guerra


de la que en principio 


intentó escapar. 





Yo se aquel refugio de los escapados;


que durante el
día

era su
mansión.

Eladio no está, pero su escondite<br>


sigue donde estaba.
Es de suponer 

que nadie lo use 


en lo sucesivo


como ellos lo
usaron.



Aprendió el solfeo por su cuenta y riesgo.


Ya de muy pequeño componía baladas


que incansable ensaya

en aquellas
flautas

hechas de corteza de
castaño en flor
en aquellas horas


en que no había


para los menudos que
el ir de pastor.

En largos ensayos, noches de los sábados


junta y reconjunta


a sus compañeros


quienes aguantaban

aquellos esfuerzos
de su director.


Muchas Santa Bárbaras animó esta orquesta.


Fiestas verdaderas,
sin los trajes típicos 

y sin subvenciones pero con auténtico


gusto popular.


Eladio murió...Tiolindo murió...


Benjamín murió y se fue muriendo la motivación. 


Sólo queda Amable cuya alternativa


la recoge Milio. Y
hoy algunos jóvenes

remedan aquellas fiestas populares


con más voluntad


que
autenticidad
Pues que  no es lo
mismo

no lo puede ser, es distinta gente


y es distinta época





y de todos modos es
distinta historia 

que álguien del futuro


quizás
contará.


Mas queda el recuerdo del raro fenómeno


que una orquesta
insigne sin los altavoces,
sin grandes
micrófonos y sin electrónica;

Sin el autobombo que
algunos exhiben 

cogiera la fama que alcanzó esta orquesta

la de aquellos
mozos.

Eran
“Los Jilgueros 
(Antes los Gutiérrez)

de VILLAR DE
ACERO”








Años 40, zocos y pana , son las
cuatro en punto de cualquier mañana. 

Cargan con el bombo, con el tamboril, con la gaita rubia y
con el clarín. 

Alegres que suben por el Pousadoiro; Llega el primer puerto
que es el Goladín. 

Luego Airadapedra Burbia y Penoselo. Y a la hora del alba
llegan a Sorbeira, corazón de Ancares que está con sus fiestas.

Las gentes reciben a esta orquesta célebre, tocan la
alborada que es como el proemio de lo que vendrá: Un buen repertorio de lo que
es la moda que se lleva entonces.




Son los vilaregos . Los que más bien toca de la vecindad.
Dánles de comer y los agasajan y ellos se divierten como los de allí. Tocan un
bolero, luego un pasodoble que es un gran anuncio de Bayer: Okal.


(Okal, okal okal es un producto superior. Cuando yo
voy de viaje y preparo mi maleta...) Los anuncios entonces tenía
longitud de pieza bailable y arte)

Tiolindo es el Bombo, Amable el tamboril, Benjamín la gaita,
Ladio es el clarín. Es un gran conjunto Ladio el director. Y la puesta a punto era
por la noche en un cileirín que aún sigue de pié vecino a la casa que fuera del
suegro

Ladio era mi padre. Un perfeccionista. Ese pasodoble cogido
de oido lo había transcrito en papel pautado que había traido de la larga mili
allá en Santander.Dos años más que añade a los tres que hizo en aquella guerra
de la que en principio intentó escapar. Yo se aquel refugio de los escapados
que durante el día era su mansión.
Eladio no está, pero su escondite sigue donde estaba. Es de
suponer que nadie lo use en lo sucesivo como ellos lo usaron.

Aprendió el solfeo por su cuenta y riesgo.


Ya de muy pequeño componía baladas que incansable ensaya en
aquellas flautas hechas de corteza de castaño en flor en aquellas horas en que
no había otra para los menudos que el ir de pastor. Y en largos ensayos, noches
de los sábados junta y reconjunta a sus compañeros quienes aguantaban hasta con
cariño aquellos esfuerzos de su director.


Muchas Santa Bárbaras animó esta orquesta. Fiestas
verdaderas, sin los trajes típicos y sin subvenciones pero con auténtico gusto
popular.

Eladio murió...Tiolindo murió...Benjamín murió y se fue
muriendo la motivación. Sólo queda Amable cuya alternativa la recoge Milio.
Pero no es lo mismo y de todos modos es distinta historia que álguien mas
dotado aún nos contará.

Mas queda el recuerdo del raro fenómeno que una orquesta
insigne sin los altavoces, sin grandes micrófonos y sin electrónica; Sin el
autobombo que algunos exhiben cogiera la fama que alcanzó esta orquesta la de
aquellos mozos.
Eran
“Los Jilgueros  (Antes los Gutiérrez) de
Vilar de Acero”